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La campaña dejó fotos de la fragmentación argentina

La campaña dejó fotos de la fragmentación argentina

Columna por Walter Giannoni.


Por motivos periodísticos, tuve la oportunidad de cubrir los cierres de campaña en Córdoba de los candidatos de Unión por la Patria, Sergio Massa y de La Libertad Avanza, Javier Milei. Fueron dos situaciones y experiencias totalmente diferentes, insertadas no solamente en las estrategias de los postulantes que hoy llegan a la segunda vuelta presidencial, sino también en sus características personales y los espacios políticos a los que pertenecen.

La primera cobertura fue el acto de Massa en General Paz Juniors, club del que, según se ocupó en remarcar el candidato, era simpatizante el exgobernador de Córdoba José Manuel de la Sota. Massa se ocupó de aparecer solo en el escenario, sin nadie que pudiera incomodar a la clase media. Ni siquiera había símbolos partidarios ahí. Aquella concurrencia tuvo el corte típico del peronismo tradicional, con movilización de sectores barriales económicamente desfavorecidos, necesitados de ayuda social en medio de una crisis despiadada. 

Se sumaron además sindicatos privados ligados al pensamiento kirchnerista. Pero era llamativo también observar la presencia de gremios y funcionarios relacionados con actividades del Estado en áreas conocidas por sus altos ingresos mensuales. El contraste entre unos, los ricos del Estado y otros, los humildes del peronismo, no pasó inadvertido.

En el caso de Milei, una multitud lo acompañó el jueves pasado en Nueva Córdoba. Era un público totalmente diferente. Desde el vamos, ver un par de motosierras tronando entre la gente es una imagen de por sí fuerte. Pero, en general, la mayoría de los asistentes fueron millenials, centenials y familias jóvenes. Uno se queda con la sensación de que muchos de ellos están ahorrando para comprar el billete de avión. Se notó, asimismo, una fuerte presencia de cuentapropistas, independientes, personas tan desfavorecidas por la situación económica como los de Massa, pero con otra actitud frente a las causas y los responsables de la debacle. Había un hombre, por ejemplo, con mameluco y una caja de herramientas, típico electricista o plomero.

Este público, también por la experiencia en coberturas de este tipo, era total y completamente diferente al que acompañaba a Juntos por el Cambio en sus actos. Esa alianza congregaba a personas de mediana y avanzada edad, aquellos que peinan canas y que por lo tanto acumulan experiencias y frustraciones por las crisis.

Son tres fotos de la fragmentación argentina que no logra encontrar una síntesis para mirar el futuro.

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