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La difícil función de no permitir gastar más de lo que ingresa

La difícil función de no permitir gastar más de lo que ingresa

Columna por Lic. Nancy Villarruel, Economista.


Indiscutida es la férrea voluntad del Presidente de sostener la solvencia fiscal y defender un resultado financiero equilibrado o superavitario. Dejando a un lado las chicanas políticas su discurso del domingo pasado es el de un estadista como hace tiempo no escuchábamos. Nadie puede discutir –en términos económicos y financieros– la razonabilidad de sus aseveraciones y objetivos. ¿A quien se le ocurriría contradecir que no se debe gastar más de lo que ingresa? Nuestro país ya fue derrochador y defaulteador, y no logramos bajar la pobreza o proporcionar bienestar a los ciudadanos. Ahora, la mayoría eligió por votación otra forma de hacer las cosas. ¿Esa mayoría está dispuesta a bancar el costo de esta nueva vía?

Milei está enfocado en su meta de no gastar más de lo que ingresa y asume, para ello, el costo político de vetar una provocadora ley votada por los legisladores con el único propósito de ponerlo contra las cuerdas y obligarlo a tomar una decisión impopular, enfrentándose a los jubilados. 

La próxima semana le espera un desafío mayor, porque deberá enfrentarse a las universidades, alumnos, padres y cualquiera que pretenda que el estado aumente el financiamiento de 60 casas de altos estudios y el salario de docentes y no docentes por un importe equivalente al 0,14% del PBI. Los legisladores debieran informar de dónde saldrán los recursos para financiar esas subas. En este país es muy fácil ser legislador pero es de valientes ser administrador responsable de la cosa pública. Quienes por cuestiones ideológicas o políticas no concuerdan con las decisiones se movilizan en las calles, obligando a participar involuntariamente a terceros. Esta semana otra vez seremos testigos de estas diferencias que, lejos de dirimirse en una mesa de negociación o en un recinto deliberativo, terminan mostrando en las calles su costado polémico. 

Cito aquí las palabras que al respecto declaró el subsecretario de políticas universitarias, Alejandro Álvarez: “si se gobernara por quien hace la manifestación más grande no haríamos elecciones. Justamente las elecciones se hacen para que no gobierne el que hace la manifestación más grande. El mandato de las urnas es mantener el ordenamiento económico”.

No es necesario refrescar cómo y por qué llegó Milei a la Casa Rosada. Pero cada decisión tendiente a cuidar la regla de oro de ajustar el gasto a los ingresos nos lleva a la pregunta: ¿hasta dónde está dispuesta la sociedad a bancar al Presidente en su convicción? Stay tunned!

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