La ilusión de tener reservas sin bajar o quitando las retenciones al campo

¿Cuánto más y a qué velocidad podrían recuperarse las reservas internacionales si el Gobierno decide quitar totalmente las retenciones al agro? Por ahora, esta hipótesis está en suspenso (al menos para los principales productos), como lo mencionó el presidente Javier Milei en su discurso en la Rural de Palermo.

Por Carlos Petroli, Especial para Container.

Cerca del cierre de julio, las reservas brutas del Banco Central se ubicaban algo por debajo de los 27.000 millones de dólares, en declive respecto de la curva ascendente que habían tomado con el ingreso del nuevo gobierno en diciembre de 2023. 

El stock de divisas en las arcas del Tesoro es uno de los resortes más sensibles frente la disposición de ir hacia una liberalización cambiaria, a la salida del cepo, y acercar el levantamiento de los derechos de exportación, claves para potenciar inversiones y el derrame agroindustrial.

En plena toma de decisiones del ciclo agrícola 2024/25, de lo que dependerá una expansión productiva y exportadora, en el agro piden señales y no conforman las promesas. La brecha hoy está indicando que el productor argentino sólo percibe un 47% del valor de la soja si se compara cuánto cobraría sin retenciones ni intervenciones cambiarias. 

El cálculo pertenece a Néstor Roulet, ex presidente de CARTEZ, quien anota que en la tribuna rural Milei prometió “nuevamente” la eliminación de las retenciones y la unificación cambiaria. La salvedad en este punto es que el Presidente anunció sí una quita parcial de derechos de exportación para carnes y confirmó la eliminación para los lácteos.

“El gran dilema es que el productor de granos es obligado a vender (para encarar esta nueva campaña) a un 47% de lo que le correspondería sin estas distorsiones”, advierte el referente agropecuario. 

En esta línea, observa que productores agrícolas del mundo cobran un 100% más de lo que está cobrando el productor argentino, que se ve obligado a resignar inversión en innovación y tecnología. Y compara que mientras Argentina hace más de 20 años tiene en soja el mismo rendimiento unitario, países vecinos lo aumentaron un 20, 30 y hasta un 50%. Sin el peso de los derechos de exportación, cabe la pregunta: ¿Los productores y exportadores locales podrían aumentar entre 20 y 50 por ciento más el aporte de dólares desde la exportación?

Desembolsos, paso a paso.

Roulet analiza que el productor tiene un patrón de ventas (usa al grano como bien de cambio) que a lo largo de los años se cumple y se modifica según el volumen producido, las expectativas futuras del precio internacional de los granos y la posibilidad crediticia para encarar la nueva campaña. Habitualmente vende un 50% antes de fin julio (para pagar créditos a cosecha, costos indirectos de la campaña y algunos alquileres); el resto lo vende un 20% entre agosto y septiembre (pago de alquileres e insumos para el comienzo de la nueva campaña), un 20% entre octubre y diciembre (pagos de insumos) y deja un 10% para costos fijos de la campaña que transita.

El que parte y reparte…

En el cotejo de datos, el ex presidente de CARTEZ pone sobre la mesa lo que aporta y resigna el productor local:

-En Argentina el productor se acostumbró a guardar el grano, lo cual siempre le dio resultado frente a la inflación y la inseguridad cambiaria de los años anteriores, “acción que va a tener que rever en el futuro”. 

-Un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario calculó que hay soja disponible para la venta por 27,6 millones de toneladas y 9 millones de toneladas con precio a fijar, lo que arroja 36,4 millones de toneladas sin precio. Serían U$S 14.500 millones que podrían ingresar por la soja. Si a esto se le suman alrededor de 15 millones de toneladas de maíz disponibles para exportar, que generarían otros U$S 2.500 millones, quedarían U$S 16.000 millones con posibilidad de ingreso al país solo por soja y maíz.

-Teniendo en cuenta que los productores para esta nueva campaña tienen que invertir U$S 24.000 millones solo en insumos (33 millones de hectáreas entre trigo, soja y maíz), indicaría (por usar al grano como bien de cambio) que estarían obligadon a vender gran parte sus granos. El problema es que saben que lo tienen que hacer a un valor muy bajo si hacen el cálculo a dólar billete o comparándolo con lo que recibe cualquier otro productor en el mundo.  

-El productor argentino cobra solo un 47% del valor de la soja que cobraría sin retenciones y sin intervenciones cambiarias. El productor solo cobra 201 en dólar billete, contra los 430 dólares que debería cobrar. 

-Si comparamos los valores que cobran productores de otros países, los diferenciales a favor de estos van desde un 104% hasta un 114% superior al precio que perciben los productores de nuestro país.