
La inestabilidad en los mercados generada por Trump no se apacigua
Lo que empezó como una bravuconada que trajo corrección a los mercados ahora podría convertirse el cisne negro que nadie vio venir. Inmediatamente de asumir, el Presidente Trump instaló el tema de aranceles como la primera medida y eje de su administración, con el fin de proteger la industria americana de la competencia extranjera.
Más allá de lo acertada o errada de esa postura, muchos consideramos que se trataba más de una amenaza para marcar la cancha de un partido en el que se iban a dirimir otras cuestiones comerciales, diplomáticas y de seguridad nacional. El mercado financiero reaccionó mal y se vivieron ruedas de tensión con bajas marcadas en las cotizaciones de los activos. No obstante, la marcha atrás de las nuevas políticas arancelarias, nos llevó a pensar que el mercado podría haber tomado ésto como excusa para una corrección necesaria luego de meses de subas impresionantes.
Han pasado algunas semanas y el contexto, lejos de apaciguarse, se ha vuelto incluso más álgido, ya que ahora no sólo se trata de aranceles a Canadá, México y China sino que se extendió a la Comunidad Europea; y las bajas en las bolsas del mundo ya se volvieron preocupantes. En los últimos 10 días las pérdidas en las bolsas americanas rondarían un 20% del PBI, y la guerra comercial no está del todo declarada pero ya hay demasiados países involucrados.
Cuando 7 empresas tecnológicas impulsaron la fabulosa suba del mercado americano, muchos empezaron a hablar de burbuja; no obstante, con el paso de los meses y el reconocimiento de que la tecnología crece y evoluciona más rápidamente de lo que nosotros podemos imaginar, creímos entender que se trataba de la nueva revolución industrial. Sin embargo, la corrección de las últimas semanas ha hecho recapacitar a muchos y retomar la vieja idea de burbuja.
Mientras el patrón de estancia está cerrando la tranquera, Argentina intenta que le dejen abierta la puerta del costado para tener libre acceso a ese mercado. Sería bueno recordar que la última vez que el planeta presenció la coexistencia de una explosión de burbuja y una guerra comercial, el mundo entero entró en recesión. Poco importa de qué lado de la tranquera estemos si tanto afuera como adentro la demanda y los precios caen. Para esquivar este posible cisne negro, o los bravucones se vuelven pragmáticos, o cambia el patrón de estancia del mundo o perdemos todos. Stay tuned!