La soja busca revancha: crecería el área por primera vez después de seis años
La disponibilidad de semillas y menores costos de producción en relación con otros cultivos como el maíz, junto con el factor climático, se encuentran entre los motivos de la reactivación.
La superficie sembrada con soja en el país crecería por primera vez en seis años, ubicándose en 16,7 millones de hectáreas, según el relevamiento de precampaña realizado por la red de colaboradores de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
La tendencia positiva en la intención de siembra del ciclo 2022-23 se sustenta en una mayor disponibilidad de lotes que no pudieron implantarse con cultivos de invierno; también en la caída en el área destinada a otros cultivos que compiten por la misma superficie (maíz y sorgo granífero), la disponibilidad de semilla, menores aumentos en los costos de producción y menor inversión por hectárea en relación con el resto de los cultivos.
Frente a este panorama, se proyecta una superficie de soja de 16.700.000 hectáreas para la campaña 2022/23. Dicha superficie representa un crecimiento interanual del 2,5%, la primera expansión de área desde la campaña 2015/16. No obstante, el cálculo proyectado se ubica 1,3% por debajo de la superficie promedio de los últimos cinco años (16.920.000 hectáreas).
Aunque se espera una perspectiva climática de año neutro a neutral frío a partir del mes de enero, durante la ventana de siembra del cultivo continuarían registrándose lluvias por debajo de la media como consecuencia de los efectos residuales de los ciclos “Niña” registrados durante las campañas 2020/21 y 2021/22. Teniendo en cuenta este factor, la proyección de producción para la campaña 2022/23 ascendería a 48.000.000 toneladas, un incremento interanual de casi un 11%, equivalente a 4,7 millones de toneladas.
La contracción del área de fina, maíz y sorgo, una relación insumo producto más favorable para la soja respecto al maíz y la faltante de semilla de girasol, ayudarían a impulsar la expansión de la oleaginosa, indica el informe. Además, las perspectivas climáticas prevén lluvias durante el mes de octubre, lo que permitiría iniciar las labores de implantación sobre el centro del área agrícola. Pese al escenario climático y económico mundial, para la campaña 2022/23 se espera un aumento de la producción global de soja que aliviaría ligeramente la tensión de los balances. Mucho de esto dependerá, en gran medida, de las cosechas sudamericanas, donde Brasil, Paraguay y Argentina cumplirían un rol fundamental.
Por otro lado, según reportes del USDA, China tendría una recuperación en la demanda de las oleaginosas en esta nueva campaña, luego de un consumo debilitado en la anterior (2021/22) producto de un crecimiento lento a causa de su política de cero Covid y los altos precios. La demanda de harinas y aceites también se recuperaría a raíz de una mejora en los márgenes en la cría de animales y un mayor uso del aceite de soja, tras una oferta limitada del aceite de girasol.