
Liberación de SIRA para pymes: “Sin posibilidad de pagarlas, es impracticable”
Luis Marengo, referente entre los despachantes de aduana locales, dijo a CONTAINER que en Córdoba aún no se vieron resultados concretos tras los anuncios efectuados por el ministro Sergio Massa durante el Día de la Industria. El Gobierno prevé liberar operaciones por U$S 700 millones.
Por Marcelo Scamperti.
La liberación de permisos de importación para pymes que estaban pendientes por 700 millones de dólares, anunciada por el ministro de Economía Sergio Massa durante el Día de la Industria el pasado 2 de septiembre, mantiene en vilo a los operadores en Córdoba.
A partir de esta medida, según el parte oficial, 7.428 pymes recibirán aprobación del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA). Se trata de 475 millones de dólares en bienes intermedios (insumos y bienes para la producción); 175 millones en piezas y accesorios (repuestos); y 68 millones en bienes de consumo.
Entre los despachantes de aduana locales, la incertidumbre se mantiene como denominador común. “Los anuncios que hizo el ministro, respecto de que las SIRA iban a tener el correspondiente pago, hasta acá eso no se vieron. No hay posibilidad de pago”, señaló a CONTAINER Luis Marengo, uno de los agentes conocidos de la plaza.
Los clientes ven que sus SIRA (documento que oficia como autorización previa de importación) se ponen en estado de ser utilizadas pero “se encuentran con una realidad: dicen paguemos, pero no, no hay pago; no hay posibilidad de pago. Liberar las SIRA sin tener la posibilidad de pagarlas, lo hace de imposible uso”.
“Tampoco aparecen los pagos viejos o están dificultados los pagos de las operaciones viejas, con lo cual muchos de los que pudieron utilizar las SIRA anteriores no están pudiendo pagar. Sin pago, es muy poco probable que podamos recuperar la importación en la Argentina”, advierte el despachante cordobés.
En concreto, después que la autoridad de aplicación autoriza la importación, el paso siguiente requiere pagar al proveedor del exterior. La mayoría de las SIRA salen con un plazo de pago “que después se va modificando, no se respeta” desde la esfera oficial, en razón de los problemas cambiarios y la falta de dólares.
“Las SIRA que han liberado ahora, han salido en su mayoría a 60 días para el pago. Pero sin ninguna certeza. Los importadores argentinos carecen de crédito o financiación para comprar; necesitan pagar, y pagar las SIRA anteriores para que sus proveedores nuevamente puedan embarcar la mercadería”, diagnostica Marengo.
La variable cambiaria es un factor de incertidumbre no menor. Cuando se autoriza una SIRA, el tipo de cambio a aplicar es el vigente al momento de pago, con lo cual los operadores que importan mercaderías hoy, estarán pagando recién dentro de 90 días “a un tipo de cambio totalmente incierto. No van a poder formar precio de su mercadería, esa es la gran dificultad que tienen”, anota el despachante.
Asimismo, el flete es otro pago que se hace al exterior, a través de las SIRASE, una especie de SIRA específica para el componente de la logística “que no las están autorizando. Hoy los forwarders (agentes de carga) están en graves inconvenientes, intentan cobrar fletes a un dólar de contado líquido, inviable para los importadores que ya habían tomado las cargas, lo que genera un problema muy grande”, añade.
Tanto las Pyme, para las que se anunció la liberación de divisas, como las grandes empresas enfrentan las dificultades de rigor. “El panorama es incierto, nadie sabe qué puede hacer y qué no puede hacer. Como despachantes estamos oficiando de sicólogos más que como despachantes”, confiesa Marengo.
Ante la consulta de cuál puede ser la salida, opina: “Creo que no deberíamos haber entrado nunca en este proceso de tremenda intervención, con un dólar desdoblado y semejante brecha”.
En este escenario, el sector de los despachantes de aduana “la está pasando muy mal, la torta se achicó, la cantidad de operaciones es muy inferior a las que había años atrás, y además el trabajo se incrementó, requiere presentar varias veces las SIRA, discutir con los clientes sobre los anuncios y las trabas llegan al infinito”, describe.
-¿Todos estos problemas los tiene solo el sector importador?
-No, los exportadores tampoco consiguen flete, no consiguen insumos y eso ha hecho caer la exportación industrial, no tienen cómo producir… No hay quién te diga cuál es el rumbo o qué es lo que queremos hacer. Me preocupa que sólo se hable de soja, de maíz, como si los productos primarios son los únicos que pueden darnos una solución. Se requiere también pensar en los productos industrializados, que deberían ser nuestro verdadero fuerte en la creación de riqueza y de trabajo. La expectativa siempre está en el corto plazo, en conseguir ahora los dólares, y no nos preocupa el resto.