
Lo mandan a Scioli a generar confianza empresaria
Columna por Walter Giannoni.
La novedad más importante con la cual terminó la semana es que el poder del presidente Alberto Fernández se diluyó en tres partes. Todas las decisiones que intente adoptar de aquí en más deberán ser previamente consultadas con Cristina Fernández de Kirchner y con Sergio Massa.
Ese fue el acuerdo que selló Alberto tras la escandalosa salida de Martín Guzmán y su reemplazo por una ministra que con su discurso –y los que provienen del cristinismo duro– no genera la confianza que necesitan los agentes económicos para funcionar.
Tan honda es esa crisis que más que Gabriela Cerruti, el vocero del Gobierno ante el empresariado es Daniel Scioli. A ver si se entiende: lo mandan a Scioli a generar confianza.
La administración del Frente de Todos rasca el fondo de la olla con los dólares. El cierre casi total de las importaciones tiene dos caras: una rehacer en algo las reservas, pero la otra es que realmente el Gobierno no tiene dólares. Las reservas son el tanque de nafta de la gobernabilidad, sin ellas ya se sabe para dónde se mueve el escenario.
La evidencia más grande de que van por la costra, es que en la reunión de Batakis con los empresarios, el viernes, ésta les dijo que recién en septiembre, cuando afloje el frío y las importaciones de gas, podrían tener algo más de divisas para las importaciones.
Esa falta de divisas ya lleva a sectores completos a lanzarse de lleno a operar con dólar MEP porque, de lo contrario, para obtener financiación bancaria deberían pagar tasas del 120 por ciento. Resultado: van a subir de precio todos los insumos industriales vinculados con la importación, es inevitable.
Además de rascar el fondo de la olla con las divisas, el otro gran frente es netamente político y pasa por “aguantar como se pueda”. El 10 de diciembre de 2023 está muy lejos, la inflación es incontenible y Alberto está en su momento de mayor debilidad política. Compartir las decisiones es una manera de tener algo de sostén. Lo mismo que la vuelta de figuras políticas, como Scioli y Aníbal Fernández a la escena.
Cristina necesita rearmar su propuesta electoral como se pueda y, en particular, que no se le caigan los votos del Conurbano. Si no se puede ganar en 2023 –el FdeT no pasa un ballotage– por lo menos conservar un territorio para conchabar a los fieles en el próximo ciclo político del país.