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Lo único que llueven son pronósticos poco alentadores

Lo único que llueven son pronósticos poco alentadores

Por Lic. Nancy Villarruel, Economista.


Sol abrasador. Cerramos la semana con temperaturas superiores a los 35 grados y con muy pocas lluvias. Sobran las razones para que los argentinos clamemos al cielo por agua. Nuestra única fuente de ingresos de dólares es el campo y lo que allí se produce. Venimos de un par de años de buenos rindes y precios internacionales en máximos, y todavía así tenemos cepos de todos los colores para acceder a los dólares.

No ayuda el contexto político, ni nuestros antecedentes como país poco pagador, ni las políticas del gobierno actual que destina muchísimo esfuerzo en limitar la salida de los pocos dólares que tenemos pero no se le cae ni una idea para fomentar servicios y producción que los traigan. Ahora el clima se presenta como otro condicionante para que podamos salir de esta escasez de divisas.

Un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario señaló algunas cuestiones que llenaron de preocupación a la gente de campo, pero más aún a quienes seguimos de cerca la macroeconomía argentina. La cuestión más importante señalada es la sequía, que afecta principalmente a nuestra pampa húmeda, más precisamente lo que se denomina zona núcleo agrícola.

La cosecha fina –que comienza a liquidarse en diciembre– ya es la más afectada, mientras que de la cosecha gruesa aún no se tiene un panorama claro. Los dos productos más afectados son el trigo y la soja, en ese orden. La previsión de cosecha del primero fue recortada en un 50% respecto a la campaña fina anterior. De ser así, los ingresos de la próxima campaña caerían en aproximadamente 2.200 millones de dólares.

Respecto a la soja, los informes dan cuenta de que hace un año ya estaba sembrado el 50% de los lotes de soja de primera, mientras que al 03/11/2022 sólo se había sembrado 5%. Por ello, se estima que ésta es la siembra más dificultosa e incierta de los últimos 12 años.

Menos cosecha implica menos ingresos, menos fletes al puerto y menos inversión. Se complica la economía argentina.

Con los dólares que se van por turismo y pagos a organismos internacionales y frente a este panorama, sobran razones para dudar que las reservas alcancen hasta la próxima cosecha gruesa. Si el Gobierno pretende llegar a las elecciones sin tocar el tipo de cambio oficial, más vale que vaya empezando a rezar, porque hasta ahora sólo llueven pronósticos agoreros. Stay tunned!

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