Los números del campo y un fuerte cambio en la canasta agrícola de Córdoba en 2025
El impacto sanitario en la actual campaña sobre el cultivo de maíz modificará las intenciones de siembra del ciclo 2024-25: mermaría el 30% la superficie de este cultivo y aumentaría 20% la de soja.
Por Carlos Petroli, Especial para Container.
De acuerdo a los primeros datos relevados por el Departamento de Información Agronómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA), la superficie de maíz en 2024/25 (después del masivo ataque de la chicharrita/achaparramiento) caerá por debajo de los tres millones de hectáreas, con una retracción del 30 por ciento, para ubicarse en los 2.244.000 hectáreas.
Buena parte de esa superficie será capturada por la soja, que sumaría un 20 por ciento más de superficie para superar los cinco millones de hectáreas. A su vez, el sorgo ganará también terreno (+37%) para superar las 100.000 hectáreas sembradas.
En segundo orden, después del problema sanitario que este año afectó al maíz en las principales regiones productivas, los técnicos de la BCCBA también colocan entre los motivos para la toma de decisiones de la futura siembra, los precios y la rentabilidad esperada y el pronóstico climático para el ciclo 2024/25.
Para la actual campaña maicera, la BCCBA calcula que se implantaron en la provincia 3,19 millones de hectáreas, con previsiones de rendimiento de 71,9 quintales por hectáreas y una producción de 18,3 millones de toneladas, una mejora del 58% respecto del 2023 cuando la sequía diezmó el resultado de la cosecha.
La soja, de Kirchner a Milei.
Los técnicos del Departamento de Información Agroeconómica de la BCCBA pusieron en perspectiva el precio promedio en términos reales por período presidencial, para indicar que en este arranque de la gestión de Javier Milei están en 489 dólares, por encima de cuando arrancó el kirchnerismo, con Néstor Kirchner, cuando el valor se ubicaba en 391 dólares. Luego vino el “boom” de las commodities durante Cristina Kirchner (595 y 645 dólares), para decrecer a los 483 dólares durante la presidencia de Mauricio Macri.
En lo que va del actual ciclo, queda 60% por ciento por comercializar y 78% por fijar precio, unos 18.000 millones de dólares; en el caso del maíz, ese monto se ubica en los 5.300 millones de dólares. La recaudación potencial por derechos de exportación en soja, maíz y trigo se ubica en los 6.745 millones de dólares.
Desde la óptica del Gobierno, la actual brecha cambiaria baja y el hecho de que el tipo de cambio real no está retrasado son motivos para liquidar operaciones. Los técnicos de la BCCBA hacen notar, en paralelo, que la brecha cambiaria actúa como un “derecho de exportación” adicional para los bienes exportables.
Entre los motivos que explican el retraso en la comercialización y en la fijación de precios de los granos, junto con demoras en la cosecha, mencionan “precios por debajo de lo esperado”, aumento de brecha cambiaria, dudas respecto de la sostenibilidad del tipo de cambio y “nuevo modelo económico que cambia la forma de hacer negocios”.
Pese a los problemas sanitarios que enfrentó este año la cosecha de maíz, la recuperación de la producción tras la sequía de 2023 se cuenta entre los factores que apuntalarán el aporte de divisas del campo este año: 50 millones de toneladas de soja y 47,5 millones de toneladas de maíz.
De cara al ciclo 2024/25, los productores cordobeses invertirán 415 millones de dólares en la siembra de trigo, con una previsión de 1,1 millón de hectáreas y una campaña que demandará 39,5 millones de litros de gasoil. Este consumo de combustible se dividiría en 18,5 millones de litros para labranzas; 7,5 millones para cosecha y 13,5 millones de litros para transporte del cereal.