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Los ruidos políticos gritan, los logros económicos murmuran

Los ruidos políticos gritan, los logros económicos murmuran

Por Lic. Nancy Villarruel, Economista.


Esta semana volví a recordar el diagnóstico que alguna vez le escuché sentenciar a un empresario: “Argentina tiene problemas políticos, no económicos”. Cuando se conocen datos de la macro, evoluciones, proyecciones; y se contrastan con la realidad social, opiniones de la calle y noticias en los medios, esa declaración cobra sentido. 

El Gobierno actual se pavonea con datos como: ocho meses seguidos de superávit, una inflación contenida que ya permite vaticinar un dato en septiembre por debajo del 4%, el dato de la balanza comercial que probablemente mostrará una performance decente con exportaciones energéticas posicionándose cómodamente en tercer lugar (algo impensado hace unos años cuando debíamos acumular reservas para pagar importaciones de gas y combustibles), además de ciertos indicadores de actividad en algunos sectores que mostraron un tímido rebote en el último mes, entre otros datos de la macro.

Párrafo aparte merece el blanqueo que en efectivo ya alcanza los U$S 12.800 millones y aún continúa abierta la etapa 1, que permiten mostrar un notable incremento de los depósitos privados en dólares que ya superan los U$S 30.000 millones, cifra similar a la de 2019 y el doble de lo que había un año atrás.

La inflación contenida, el caballito de batalla y principal logro frente a la sociedad, ha permitido una recuperación del salario real en forma de “V” en los dibujos de las evoluciones temporales de las variables, pero no alcanza para recuperar la recaudación en términos reales que sigue cayendo, producto del menor nivel de actividad. 

El superávit fiscal, que está en el ADN del programa de estabilización del Gobierno actual, es el ancla de ese programa y también presenta desafíos en el futuro, dado el agotamiento de la licuación de gastos por menor inflación y menores ingresos por bajo nivel de actividad.

No obstante, lo que más resalta son los conflictos universitario y aeronáutico. El primero, producto de una afrenta parlamentaria al programa fiscal que expone el escaso apoyo político a Milei en ese recinto; mientras que el conflicto aeronáutico es el que actualmente se ganó el gobierno, en su afán de recortar gastos, al parecer, inexplicablemente altos.

Hoy son éstos los problemas de origen político que enfrenta el presidente. Antes fueron el ajuste jubilatorio o el cierre de Télam. En el futuro podrían ser conflictos por la reforma laboral o el cierre de algún otro ente estatal. Lo cierto es que, como diagnosticaba aquel empresario, en nuestro país los ruidos políticos gritan y los logros económicos murmuran. Stay tunned!

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