fbpx
Macondo

Macondo

Columna por Walter Giannoni.


Macondo es el pueblo ficticio y mágico descrito en las novelas de Gabriel García Márquez. En 2005, por una iniciativa local, se propuso renombrar a Aracataca, sitio natal del Premio Nobel de Literatura, como Macondo con el fin de reactivar la economía de este pueblo, sumido en la pobreza y en la quiebra. Sin embargo, el referéndum realizado mostró un escaso interés por parte de sus habitantes y la medida no fue aprobada. El pueblo siguió en quiebra.

Argentina es Aracataca, o Mancondo, es lo mismo. Su Presidente acaba de resignar la última fracción de Poder que le quedaba al anticipar la decisión de no presentarse a una reelección. Cabe ahí el lugar común más difundido por estas horas: sabía de antemano que perdería. Pero de la presunción al hecho hay un largo de trecho de meses donde la Argentina estará gobernada por nadie.

El oficialismo se sumirá a partir de ahora en la pulseada interna para resolver quién lo representará en el proceso eleccionario, etapa que sólo podría alinearse si rápidamente CFK confirmara su candidatura, algo que ella misma descartó cuando fue condenada judicialmente  por corrupción y robo.

De la vuelta atrás en sus palabras depende que el “kirchnerismo”, tal como se conoce a ese sector dentro del Partido Justicialista, conserve una fracción de protagonismo político. Cualquier otro liderazgo electoral no le garantiza retener los 25 a 30 puntos –concentrados en el Amba– con los cuales ha sentado con todo éxito desde 2003 las bases de su poder.

Mientras tanto, el deterioro económico es constante. El mayor síntoma es la escalada del dólar paralelo que alcanzó un nivel del cual es improbable que baje demasiado, aun cuando se repliegue algo tras la mayor dinámica especulativa que acompaña estos procesos.

En estos días, Argentina terminó de confirmar lo que ya venía ocurriendo: está aislada comercialmente del mundo. El intercambio de marzo fue desastroso y a ello se agregaron las nuevas vueltas de tuerca para girar divisas producidas durante la semana pasada. El pago de fletes, servicios y turismo quedó definitivamente trabado ante la escasez de dólares.

La salida de escena de Fernández fue tomada inclusive con sorna desde la oposición, pero en realidad es más grave de lo que aparenta. El que firma, el dueño de la lapicera, pasó a ser un jarrón decorativo. Todo está en manos de Massa hasta que los mercados y el apoyo político entre pinzas del cristinismo lo indiquen. Es Mancondo.

CATEGORIES

COMMENTS

Wordpress (0)
Disqus (0 )