No canten el resultado, para octubre falta mucho
Es probable que una parte importante de la población apoye el ajuste fiscal, pero podría aseverarse que una parte aún más grande no está dispuesta a sacrificar los ingresos.
Por Lic. Nancy Villarruel, Economista.
La primera advertencia tanto para unos que se sienten triunfantes como para otros que se sienten derrotados es: no se aten los ruleros. Las PASO pudieron ser una sorpresa para muchos de nosotros, pero los resultados están muy lejos de haber definido algo.
Que el candidato más votado haya obtenido el 30% de los votos, implica que fue votado por el 18% del total del padrón, habida cuenta que sólo votó el 60% de los admitidos a sufragar. Así que queda mucho por definir. En las presidenciales del 22 de octubre es probable que más gente emita el voto y restan dos meses para ello. En Argentina ya sabemos que un fin de semana largo es mucho tiempo así que dos meses es lo más parecido al infinito en términos de tiempo.
Porque en el horizonte, el nombre de quien encabece la próxima gestión viene atada a la situación macroeconómica actual. Recordemos que en nuestro país el ciudadano vota con el bolsillo y, en ese sentido, la situación –que venía mala– empeoró sensiblemente luego de las primarias. Las elecciones que se hicieron en el cuarto oscuro el domingo 13 podría cambiar en el mismo lugar el domingo 22.
Por otro lado, en lo que queda hasta las presidenciales se harán análisis, declaraciones, habrá definiciones y los candidatos en carrera estarán expuestos al escrutinio permanente de los votantes y, en este sentido, podrán capitalizar –o no– esa exposición.
En este sentido, las propuestas de cada uno de ellos han sido, al parecer, analizadas en el contexto social, político y económico actual. Pero ese análisis pareciera desconocer o, al menos fallar, al estimar la posibilidad y/o probabilidad de aplicar las propuestas en nuestro contexto.
Por ejemplo, es probable que una parte importante de la población apoye el ajuste fiscal, pero podría aseverarse que una parte más grande de la población no está dispuesta a sacrificar los ingresos provenientes de planes y ayudas sociales.
Podría haber gran presión de parte de empleados públicos que no estarán dispuestos a resignar su trabajo tras un recorte de ministerios y/o secretarías. Con relación a esto, deberíamos recordar cuando el, entonces Ministro de Economía, Lopez Murphy planteó un recorte presupuestario para las universidades y fue eyectado de su cargo y, meses después, el mismísimo presidente corrió la misma suerte. Y no hace tantos años, el tratamiento legislativo de un cambio de cálculo de los ingresos de los pasivos terminó en una batalla campal en la propia plazoleta del Congreso.
¿Dolarizar?
Con respecto a las propuestas monetarias y cambiarias debería analizarse la viabilidad de su implementación en el corto o mediano plazo, tomando como base la situación actual de reservas netas negativas. El supuesto de que habría activos de riesgo deseosos de traer a los dólares a cambio de hacerse dueños de un fideicomiso formado por deuda argentina es, cuanto menos, dudoso, dada nuestra posición de país “standalone” con reputación de defaulteador.
Así que, levantar cepos, unificar tipos de cambio o eliminar la moneda local podrían ser objetivos loables y valiosos, pero como coronación de un proceso que nuestras urgencias actuales no nos predisponen para tolerarlas mucho tiempo más.
Por último, soñar con que una moneda fuerte sea la de curso legal en Argentina es resignarnos ante la evidencia de que somos incapaces de sostener soberanía monetaria. Luego de eso, sólo nos quedará entregar las llaves del país para que nos gobiernen políticos más eficientes. Quizás la solución es menos ambiciosa y más revolucionaria: devolverle al Banco Central su rol primigenio de preservar nuestra moneda y contener la inflación.
Lo dicho, personalmente considero que dos meses es mucho tiempo y, la verdadera campaña recién empieza. Y, lo más importante, está sociológicamente probado que el votante argentino resuelve el voto unos minutos antes de llenar el sobre. Stay tunned!