Política: Compren pochoclos, lo que viene puede ser más desconcertante
Columna por Walter Giannoni.
Si todo lo que pasó desde octubre de 2023 a esta parte era impensado, lo que viene puede serlo más todavía.
La emisión descontrolada, el vendaval inflacionario, la derrota del kirchnerismo, la sorpresa de Milei, la mega devaluación y un largo torbellino en el que estamos metidos los argentinos, de punta a punta, prácticamente sin excepciones, generaron un escenario poco imaginado a nivel de analistas y opinión pública.
Es posible que la continuidad de la película nos depare otras escenas poco predecibles. Por ejemplo, el mundo de la política ya está metido de lleno en el inicio del proceso electoral que viene en 2025, con la renovación de escaños parlamentarios.
La próxima elección –falta un año– implicará per se una evaluación del conjunto de la sociedad sobre la marcha del Gobierno de Milei. ¿Se olvidarán los electores de la bomba neutrónica que recibió en la economía? ¿Ponderarán la estabilidad o castigarán la profundidad del ajuste y sus torpezas institucionales?
En ese proceso hay varios grandes actores. Uno es el propio Milei y su espacio, La Libertad Avanza, un conglomerado de chiflados que alcanzó el poder por mérito del resto de la política tradicional. Solo otro actor de esa serie podría ponerle algo de orden con una alianza que no está clara si se va a realizar, Mauricio Macri.
Otro actor sigue siendo el kirchnerismo. Lo único que tiene para mostrar en el ejercicio significativo del poder es Axel Kicillof, desafiado por el primogénito de Cristina, Máximo. Como aparece por ahí, la pulseada es entre el hijo adoptivo y el hijo biológico.
Pero, tras la herencia que dejaron y los episodios conocidos de violencia por parte de AF, a quien ella misma eligió en 2019, ese espacio es una mancha venenosa para quienes detentan el control de las provincias peronistas, los gobernadores. Es más probable que estos intenten salvar la ropa con sus propias estrategias locales a que se plieguen al demacrado tren Nac & Pop.
En la película aparecen también en alguna escena los peronistas disidentes, con el proyecto nacional de Juan Schiaretti a la cabeza. Buscará armar con todo lo que no sea kirchnerista y también con sectores de Juntos por el Cambio que tras su implosión quedaron huérfano y desconcertados.
Y, a menos que aparezca alguna sorpresa –el caso Milei demuestra que nunca hay que descartarla– señoras y señores no hay mucho más para contar. Compren pochoclos.
