¿Quién será el próximo Presidente?
Columna por Walter Giannoni.
Con el mes de febrero ya avanzado, los tiempos electorales se aceleran dramáticamente. Ya no hay demasiados atajos, como el conocido “estamos enfocados en la gestión” para evitar las decisiones claves en materia de candidaturas presidenciales.
Tres fechas límites deben tenerse en cuenta de aquí en más. La primera, el día de cierre de las precandidaturas para las primarias abiertas. Ello ocurrirá el 24 de junio. La siguiente marca en el calendario es la que corresponde a esas elecciones propiamente dichas, el 13 de agosto serán las Paso. Finalmente, para el domingo 22 de octubre se realizarán las presidenciales.
Hay, por otro lado, 21 provincias que deben elegir gobernadores y ello incide en la política general, como se observa claramente en Córdoba o en Tucumán. Manzur dejó la Jefatura de Gabinete de la Nación para volver a disputar ese territorio.
A esta altura, una de las incógnitas mayores del proceso electoral es quiénes tienen más alternativas de llegar a la Presidencia. Se supone que aquellos con mayores chances son los mejores posicionados en las encuestas. También se supone, y las encuestas así lo marcan, que será la oposición la que se imponga dado que difícilmente el actual oficialismo pueda superar una segunda vuelta, es decir, obtener la mitad más uno de los votos válidos en el actual contexto de la economía cotidiana.
La principal fuerza de oposición espera dirimir esa candidatura a la Presidencia el 13 de agosto. No se trata solo de una competencia de nombres. Juntos por el Cambio debe acomodar el cuerpo de forma tal para que no se le escapen tantos votos por el lado de la postulación de Milei. De no hacerlo, asume un riesgo significativo en la carrera por quedar entre las dos fuerzas que entrarán al ballotage. En otras palabras, desde el punto de vista de la estrategia política no le sirve del todo un candidato que evite definiciones sobre cómo se resolverán los desajustes económicos o la temática que más pega hoy en los grandes conglomerados: la inseguridad.
En el peronismo, en tanto, el misterio es aún mayor. AF es un alma en pena. Massa está jugado a resultados económicos que no tienen chances de llegar y CFK da muestras de estar convencida que habrá un cambio en el ciclo político. Axel Kicillof, uno de sus hijos políticos predilectos, podría ser la salida, pero lo necesita para retener Buenos Aires.
¿Quién será el próximo presidente? Es una pregunta que todavía no tiene una respuesta encaminada.
