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Si entran dólares, ¿entonces a dónde se fueron?

Si entran dólares, ¿entonces a dónde se fueron?

El país ha tenido excelentes ingresos de divisas, más que nada por el fuerte aporte del sector agroalimentario. Sin embargo, las reservas están exhaustas y cada día se complica más la importación.


Por Lic. Nancy Villarruel, Economista .


Argentina sigue siendo un país productor de granos como otrora. A este Gobierno, como a casi todos los gobiernos peronistas, le tocó épocas de cotizaciones internacionales altas. No obstante, la actual gestión está terminando su ciclo pidiendo la toalla en materia de reservas. Las preguntas que muchos se hacen es: si hemos tenido cosecha récord de soja, trigo y girasol, ¿cómo es posible que tengamos exhaustas las reservas? ¿Por qué razón el Gobierno ha debido imponer cepos para evitar que se escabullan los dólares?

Para quienes, quizás por desconocimiento, señalan al campo como el principal culpable hay que decir que entre retenciones y tipos de cambio diferenciados, los agricultores cobran, en pesos, poco más de un tercio del precio internacional equivalente de la soja y poco más de la mitad de la cotización del maíz. A la diferencia se la queda el Estado. Más a favor de las preguntas planteadas entonces: ¿dónde están esos dólares? Respuesta a desarrollar: importaciones, turismo y atesoramiento se quedan con la mayor parte de lo que entra.

Analizando el balance cambiario del BCRA en lo que va del 2022, fácilmente destaca el impulso a las reservas que tuvo el “Programa de Incremento Exportador”, a través del cual se estableció hasta el 30 de septiembre un tipo de cambio de $200 por cada U$S 1 para las exportaciones de soja y sus derivados.



El rubro “Bienes” del balance cambiario de septiembre registró ingresos netos por U$S 6.948 millones, explicados por el récord histórico de cobros de exportaciones por U$S 12.891 millones y pagos de importaciones por U$S 5.943 millones. Con ello, se logró revertir el saldo negativo que venía mostrando la Cuenta Corriente Cambiaria.

Si se analiza la evolución de los rubros, se ve claramente que las divisas del campo no han sido suficientes para contrarrestar la demanda importadora, turística y de currier. Las compras fueron destinadas principalmente a realizar pagos netos de importaciones de bienes y servicios y a cancelar deuda financiera.



Al ver la evolución de los pagos de importaciones acumulados en 2022, destaca el energético como el principal sector importador, con una demanda de dólares que duplicó la del año pasado. Por su parte, la cuenta Servicios registra un déficit acumulado de U$S 8.193 millones en lo que va del año, lo que representa un incremento del 243% respecto a igual período del año pasado, explicado principalmente por el aumento de los pagos efectuados en concepto de “Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta” y, en menor medida, de “Fletes y seguros”, por el alza de los precios del transporte internacional de bienes, debido al aumento del petróleo.

Con respecto a la compra de dólar ahorro, que viene siendo seguida muy de cerca por parte de la autoridad monetaria, las personas físicas compraron en septiembre billetes por U$S 195 millones y efectuaron ventas por 4 millones. Los sucesivos cepos establecidos por el BCRA tendientes a limitar estas operatorias a través de controles al acceso de cotitulares de cuentas, la contabilización de los consumos en moneda extranjera con tarjetas de crédito y débito a cuenta del cupo mensual de U$S 200 por persona, y la prohibición de acceder al MULC a quienes reciban subsidios de servicios públicos restringieron aún más el acceso al preciado billete.

Finalmente, dentro del amplio espectro de rubros que componen el resto de las cuentas del balance cambiario, en términos generales, hay importantes compromisos financieros que se están cumpliendo y que se reflejan en la cuenta de ingresos primarios, vinculada a los intereses de la deuda pública y privada, como también a la remisión de utilidades de las empresas. En el último tiempo, nuestro país ha pagado importantes montos relativos a los intereses de la deuda, lo cual ha arrojado un notable saldo negativo.

Analizados los números publicados por el BCRA hasta septiembre, aún resta contar lo que ha sucedido desde entonces. Porque desde el fin del dólar “soja”, las ventas acumuladas por parte de Central ya alcanzan a U$S 1.160 millones, registrándose mayores ventas en los últimos días. Frente a ello, y con un desafiante año por delante para el gobierno actual, con la demanda “pisada” con regulaciones y sin oferta genuina, es probable que el equipo económico esté ideando alguna otra alquimia para tratar de llegar a las elecciones.

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