Si se vota con el bolsillo, ¿ya ganó Milei?
Columna por Walter Giannoni.
Ocurridas las elecciones primarias, politólogos y encuestadores afirman que Javier Gerardo Milei está en condiciones de imponerse en primera vuelta y resultar de tal modo elegido como nuevo Presidente de la Nación.
Ya se sabe, a los encuestadores les fue bastante mal con sus predicciones, ninguno arriesgaba en mediciones más de 19 puntos para el líder libertario. Obtuvo 11 puntos más de lo medido y llegó primero a la meta.
Después de eso, y transcurrida esta primera semana, pareciera que Milei funciona con nafta premium y el resto de los candidatos con gasoil común. Massa, el postulante que más se le acercó, está a dos millones de votos de Milei. Bullrich se ubica a poco más de tres millones de sufragios.
Hay que suponer que todos los que votaron a Grabois y todos los que lo hicieron por Larreta van a acompañar sin fisuras a los candidatos que resultaron ganadores en sus espacios para trazar la hipótesis de que en realidad el “León” se ubica a “apenas” 400 mil votos de diferencia del resto y en efecto es una elección de tres tercios.
También es necesario imaginar que el 10% de los electores que faltan para llegar al nivel habitual de una presidencial, se van a arrimar el 22 de octubre a las urnas para votar masivamente por otros que no sean Milei.
Todo es posible en política, pero sería poco comprensible que con el deterioro económico que comenzó a ejecutar la nueva devaluación, con una fenomenal corrida en los precios de lo más básico para vivir, Massa tenga chances de recuperarse.
Si, en cambio, como afirma Macri, el 70% se han dado cuenta que el populismo enterró a este país, entonces desde lo ideológico, a la mayor competitividad electoral frente a Milei la tendría Bullrich. La exministra sostiene algunas banderas parecidas pero el hartazgo puede nublar las opciones, máxime cuando JxC ya tiene en su gen un fracaso económico.
Hacerlo por Bullrich o por Massa sería un voto motivado en posturas ideológicas o políticas. Ninguna elección, desde 1989 para acá ha demostrado que la gente vote por otra cosa que no sea su situación económica. Si la gente vota con el bolsillo, ya ganó Milei. Su suerte hoy depende más de sus errores que del mensaje que pueden plantearle quienes competirán con él.