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Siete de cada 10 dólares y 160 países: por qué necesitamos venderle al mundo

Siete de cada 10 dólares y 160 países: por qué necesitamos venderle al mundo

Argentina llega al 82% del planeta con sus productos agroindustriales. La mitad de lo que producimos va al mundo; el 70% de los dólares que entran al país vienen de estas cadenas. Sin exportaciones, tendríamos muchos menos empleos.


Una nueva edición del Monitor de Exportaciones Agroindustriales que publica cada seis meses la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), con sede en Río Cuarto, ratifica el peso de estos rubros económicos en la economía del país.

Si no exportáramos, miles de puestos de trabajo no existirían. Argentina llega a 160 países con sus exportaciones agroindustriales. De todos los productos agroindustriales que andan dando vueltas en barcos por el mundo, el 11% lo producimos en Argentina. Es importante que todos sepamos por qué es bueno exportar para dejar atrás falsas creencias que confunden, afirma Nicolle Pisani Claro, economista de FADA.

En 2021 ingresaron 54.895 millones de dólares en concepto de exportaciones agroindustriales, equivalen al 70% de las exportaciones argentinas. Siete de cada 10 dólares por exportación provienen de las cadenas del agro. Es casi el único rubro que presenta un superávit comercial sostenido a través de los años.

Que tenga superávit comercial quiere decir que vendió al mundo más de lo que le compró. Las cadenas agroindustriales, como todas las actividades, para producir requieren algunas cosas que acá no se producen, como insumos y maquinarias, por lo que debemos importarlos pagando en dólares.

Al hacer el cálculo entre los dólares que “se fueron” para comprar lo que acá no hacemos y los “que entran” producto de las ventas, vemos que los que entran superan a los que se van. Eso es el superávit comercial, explica David Miazzo, economista Jefe de FADA.

El informe demuestra que este aporte no se repite en todos los rubros: las cadenas agroindustriales y el transporte son los únicos con superávit comercial. De todos modos, lo agroindustrial lidera ampliamente: el saldo positivo del transporte es mínimo, con 233 millones de dólares, mientras que las cadenas agroindustriales acumularon 45.368 millones de dólares.

A nivel macro, disponer de más dólares genera múltiples beneficios: implica tener más respaldo para nuestra moneda y así evitar devaluaciones y cepos cambiarios. Con una moneda más fuerte, el poder adquisitivo de los argentinos puede mejorar, en lugar de seguir deteriorándose.

Generar dólares genuinos evita que el país tenga que endeudarse y que cada tanto no pague sus deudas. Aunque exportar más no es suficiente para lograr esto, para poder llegar a eso es necesario que proteger la moneda reduciendo el déficit y la emisión monetaria, aclaran desde FADA.

El informe revela que nuestras cadenas agroindustriales llegan a más de 160 países y que estamos primeros en rankings mundiales con granos, carnes y economías regionales.

Empleo y exportaciones. Cada vez que se exporta cualquier producto se está generando trabajo. En promedio, de los 20 complejos agro seleccionados, exportamos el 50% de lo que producen; la otra mitad abastece lo que consumimos en el país. Esto quiere decir que, si no le vendiéramos al mundo, miles de esos trabajos no existirían, tanto directos como indirectos. En el caso de la carne, se exporta el 27%: son 100.000 puestos de trabajo vinculados a la exportación, que llega a 48 países.

Perspectivas 2022.

Según FADA, las perspectivas para este año son que el campo genere aún más dólares que en 2021. Este aumento de las exportaciones se deriva, principalmente, de la mejora de precios, impulsada por la guerra Rusia-Ucrania. Esto, a pesar de que la producción de granos, carne bovina y uva, será menor.

Hay otros tres aspectos que limitarán la producción y la exportaciones: los costos, que han aumentado de manera sustancial, en particular fertilizantes. Se agrega el atraso del tipo de cambio oficial, que encarece costos como los fletes y las labores al medirlas en dólares. Un tercer factor, según FADA, son las políticas públicas como las restricciones a las exportaciones de trigo, maíz y carne. Se trata de medidas que reducen el precio percibido por el productor, como los fideicomisos de trigo y aceites, y la eliminación de los diferenciales de derechos de exportación de harina y aceite de soja.

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