Tiempo de descuento hacia un nuevo régimen económico
Por Lic. Nancy Villarruel, Economista.
Lenta pero progresivamente. A ese ritmo se van desarmando los cepos de la economía. Un día se hace un anuncio, a la semana siguiente un par más. Quién sabe si por cautela o por ser una estrategia “sesuda” en el derrotero cambiario y financiero del país. Lo cierto es que esta semana se sumaron algunas liberaciones para las importaciones y se relajaron restricciones para acceder al dólar MEP. Sin dudas, la primera es mucho más significativa y tendrá mayor impacto en el mercado, pero en conjunto representa una señal en la dirección correcta.
También está muy cerca la convergencia de la inflación con el crawling peg. Claramente nunca nadie tomó “literalmente” el objetivo de que ambos lleguen a 0%, pero están muy cerca de encontrarse en alrededor del 2%. El freno casi total a la emisión augura una plaza seca de billetes y, en consecuencia, una inflación a la baja, si el resto del contexto se mantiene igual. ¡Pero ojo! Con pesos escasos podría haber presión al alza de la tasa, lo que ayudaría a comprimir la brecha cambiaria pero también podría cortar el tenue repunte de la actividad.
A estas alturas, la fase 2 del programa de estabilización parece haber empezado y estar terminando en unas pocas semanas. Corta duración. ¿Y desde allí debería empezar la fase 3? Sin dudas con más medidas financieras y cambiarias, pero buscando cerrar ventanas abiertas por las que se escapan algunos dólares y aprovechando el enorme esfuerzo que ha significado controlar la inflación, generar superávit, limpiar la hoja del balance del BCRA, eliminar –casi por completo– los puts en poder de los bancos y, con ello, cortar de cuajo la emisión espuria que venía registrándose desde hace meses.
La cancha se le ha achicado al Gobierno. Todo ajuste adicional que tenga planeado deberá hacerlo en los próximos cinco meses. Pero la mejora del humor y la sensación de bienestar, deberá llegar antes de diciembre. Unos meses después habrá elecciones legislativas pero antes deberá estar normalizado el mercado cambiario, ajustadas las tarifas, estabilizado el nivel de precios y el nivel de actividad en ascenso. Si además, se consiguieran la reforma laboral, la simplificación impositiva y se honraran las deudas en tiempo y forma, Milei habrá cumplido con la mayor parte de sus promesas de campaña y podría aspirar a una elección que le brinde un poco de aire político en la segunda parte de su mandato. Pero lo más importante será que los argentinos habremos entrado en un nuevo y más sano régimen económico. Stay tunned!