Argentina y el FMI: Una delgada línea de negociación
Lic. Nancy Villarruel, Economista.
El gobierno argentino y el FMI siguen midiéndose, tirando la cuerda en un juego de poderes. Porque, aunque cueste creer, Argentina también hace uso de su posición en esta negociación. El acreedor quiere cobrar, pero también desea negociar con un gobierno con más apoyo político. En esa delgada línea se mueve el organismo que fiscaliza las cuentas nacionales y revisa las metas acordadas antes de autorizar los giros. Argentina, por su parte, está en una dificilísima situación macroeconómica, con reservas netas en negativo, déficit fiscal en niveles estratosféricos para cualquier gestión y una inflación que no ha podido o no ha sabido domar y que le ha complicado alcanzar la meta de financiamiento al Tesoro. Esas tres metas no se han alcanzado y el FMI deberá resolver cómo seguir con este difícil deudor que parece no aprender de su historial.
Esta semana se ha conocido que, por segundo mes consecutivo, el gobierno argentino hará uso de la posibilidad de aunar los vencimientos de todo el mes y abonar recién el último día. Eso le da margen hasta el 31 de julio para seguir negociando mientras patea el problema en medio de un contexto eleccionario que lo cohíbe de implementar las políticas que le requiere el acreedor. Al respecto, el Fondo parece exigir una corrección del tipo de cambio para habilitar nuevos desembolsos ni quiere enviarlos si serán malvendidos en un mercado con precio subvencionado de la moneda.
La dilación en el acuerdo trae nerviosismo al mercado porque, con reservas negativas actuales en el orden de los U$s 5.000 millones que serán U$s 6.000 el próximo lunes con el pago de cupones de bonos, la posición negociadora de Argentina se debilita. El 31 deberá pagar U$s 2.600 millones y el 1° de Agosto sí o sí debe abonar u$ 800 millones. Eso deja las reservas cercanas a los U$s -10.0000 lo que justifica la incertidumbre y ansiedad del mercado.
La buena noticia ha sido el lanzamiento del actual Ministro de Economía como candidato a presidente, lo que implica que los mejores posicionados y con más probabilidad de alcanzar el sillón de Rivadavia son políticos pro mercado y bien vistos por EEUU, con mucho peso en las decisiones del FMI. Este panorama, junto a los últimos resultados eleccionarios en las provincias, ha traído algo de calma. Sin embargo, el aire está tan cargado en cuestiones macro, sociales y políticas que no sólo la negociación camina sobre una delgada línea. Los inversores siguen de cerca cada movimiento en esos ámbitos y no dudarán en posicionarse con una mirada esperanzadora hacia 2024-2025 o desarmar posiciones para desensillar hasta que aclare. Stay tunned!