
¿Vale la pena discutir ahora de tarifas?
Columna de Walter Giannoni.
Córdoba y la Nación se han enfrascado en una polémica por el impacto de las tarifas, los subsidios y todo lo que ya conocemos. A la mecha de esta discusión la prendieron los funcionarios cordobeses para marcar distancias en plena campaña de lo que consideran una discriminación evidente hacia la provincia, en varios frentes.
Uno de ellos es el de la recaudación de impuestos que el gobierno central cosecha cada año en Córdoba con las retenciones al agro. Esa recaudación anual equivale a todo el plan de infraestructura de servicios desplegado aquí.
El peso de las tarifas es cíclico. Aparece cada vez que baja la correntada de la economía y asoman las piedras. La pandemia y la política económica volvieron a colocar la cuestión en la superficie. Si no, pocos se acordarían de que en las provincias más grandes del interior del país se pagan tarifas dos o tres veces más altas que en el AMBA, lo cual impacta directamente en la competitividad.
Argentina va a gastar este año casi seis puntos de su PBI en subsidios. Es la contracara de lo que pasó con Macri: sólo en subsidios eléctricos su gobierno comenzó con una herencia de 11 mil millones de dólares y terminó en 2.500 millones. Ese ajuste fue una de las causas principales que lo eyectó de la Casa Rosada.
El actual gobierno de los Fernández (en esto CFK opina con poder de decisión) no sólo volvió a reimponer el esquema de subsidios sino que los extendió sólo para hacer política partidaria en el año electoral. Es el caso del subsidio al gas en las zonas frías que extendió a regiones donde no existía.
Es decir, sin ningún criterio de perfil social, usuarios con conexión de gas pagan el fluido más barato aún de lo que ya es, mientras que quienes no lo tienen perdieron la esperanza de contar con una red domiciliaria y deben afrontar un costo sideral por ese combustible. Hood Robin.
Cuando a algunos candidatos les preguntan por la reforma laboral, responden que no tiene sentido ahora porque primero hay que ordenar toda la economía para atacar a la inflación. Con las tarifas pasa exactamente lo mismo. Están en ese mismo paquete, más allá de algún eventual retoque.
Lo que se requiere es un cambio de modelo y un plan económico, dos cosas bastante difíciles de conseguir hoy en Argentina.